Nos agrada especialmente hablar sobre la fibromiálgia, ya que
colaboramos desde hace años con Afibrom (Asociación de fibromiálgia de la
comunidad de Madrid). Esperamos que nuestra experiencia pueda ayudar a las
personas que la padecen.
La fibromiálgia se define principalmente como fatiga y dolor generalizado
y crónico a nivel musculoesquelético. Pero no es sólo eso, ya que le acompañan
otros múltiples síntomas.
Síntomas
-Síndrome del intestino irritable.
-Alteraciones del sueño.
-Rigidez a anquilosamiento después de un periodo de reposo o de una
posición fija.
-Parestesias (hormigueo o entumecimiento).
-Dolor de cabeza.
-Cistitis de repetición.
-En mujeres, reglas dolorosas, dolor vulvar o vaginal, especialmente
durante el coito.
-Alteraciones en la articulación temporomandibular.
-Fatiga crónica.
-Intolerancias químicas.
-Hipersensibilidad sensorial, a la luz, a los ruidos, a los olores y
al tacto (ropa sobre la piel, etc..)
-Pérdida de memoria, niebla mental, dificultad para la concentración.
-Depresión.
-Desequilibrio.
-Síndrome de piernas inquietas.
-Confusión visual al seguir objetos con la vista (conducir, leer un
libro...)
-Ansiedad.
-Alergias o rinitis.
-Alteración en la regulación de la temperatura corporal (mucho frío o
mucho calor)
-Problemas en la piel como hinchazón, sequedad, manchas, picor...
-Sequedad de las mucosas: ojos, boca, vagina (en mujeres).
- Trastornos del sistema digestivo: dificultad al tragar, gastritis,
disminución del metabolismo hepático.
- Costocondrálgia (dolor en la unión de la costilla con el cartílago
costal)
No todas las personas tienen todos los síntomas, y a veces unos
síntomas aparecen y otros se mitigas. En general suelen agravarse cuando se
viven situaciones de estrés, cuando hace mucho frío o cuando hay cambios de la
presión atmosférica (con el tiempo lluvioso por ejemplo).
Origen
No se sabe aún el origen por lo que no hay una prueba diagnóstica ni
tratamiento claro. Hasta ahora se han barajado varias hipótesis de su posible
causa: falta de hormona del crecimiento, actividad del virus Sterr Barr,
alteración del sistema nervioso, origen genético, etc...
Recientemente se ha demostrado, tras un estudio en pies y manos, que
existen un número más elevado de lo normal de unas fibras nerviosas llamadas
derivaciones arteriola-vénula que hasta ahora se creía que intervenían sólo en
el flujo sanguíneo, regulando la temperatura corporal. Ahora se sabe que también
intervienen en la percepción del tacto, pudiendo sentir así más el dolor.
Además la mala regulación del flujo sanguíneo a los músculos puede ser la causa
de dolor y fatiga. A pesar de este descubrimiento no es seguro que esta sea la
causa o una consecuencia de otro posible origen.
En lo que empiezan a estar de acuerdo cada vez más estudios es que los
síntomas son consecuencia de una alteración del sistema nervioso central,
incluso algunos estudios son más concretos y hablan de alteraciones en el
hipocampo. Lo que se desconoce es porqué se producen estas alteraciones. En
muchas ocasiones se desarrolla tras un trauma físico o una vivencia emocional
que se viven como gran peligro para la supervivencia. Pero no en todos los
casos la persona recuerda haber pasado por una experiencia de este tipo.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace por descarte de otras posibles patologías con
las que a veces se puede confundir como: artritis reumatoide, lupus
eritomatoso, espondilitis anquilosante, celiaquía, síndrome de intolerancia química,
fatiga crónica, alteraciones en las glándulas tiroides, alteraciones en el
funcionamiento de las glándulas suprarrenales, etapa temprana de esclerosis
múltiple.
Descartando estas patologías y comprobando que hay más sensibilidad al
dolor en algunos puntos específicos y zonas del cuerpo, el diagnóstico es muy
posible que sea fibromiálgia.
Tratamiento
El tratamiento hasta ahora se basa en antiinflamatorios,
antidepresivos y fármacos para dormir y reducir el dolor prescritos por el
reumatólogo.
Pero lo cierto es que en la mayoría de los casos estos fármacos no son
muy efectivos, disminuyen el dolor parcialmente y cada vez es necesario
aumentar la dosis para que sigan teniendo efecto. Por otra parte el consumo de
mucha medicación produce un aumento de la toxicidad hepática, aumentan la
niebla mental, la desorientación, y por ello en algunos casos también la
angustia de sentirse incapaces de realizar las tareas habituales. Con esto no
queremos aconsejar dejar la medicación sin prescripción médica, sino buscar otros
métodos que ayuden con los síntomas y que de esta forma pueda reducirse la
ingestión de fármacos.
Es posible que esté cerca el descubrimiento de su causa y un
tratamiento eficaz, pero hasta entonces ¿Qué puedes hacer por ti?
Nuestra respuesta después de años de experiencia personal y
profesional es que puedes hacer mucho por ti, hay otras alternativas que
funcionan, que te ayudarán a mejorar los síntomas y tu calidad de vida, a
reducir o eliminar la medicación, y a proyectarte de nuevo en un futuro más
optimista.
De estas alternativas hablaremos más detalladamente en otro post, de
sus efectos y ventajas.
El tratamiento indispensable para minimizar los síntomas se compone
de:
- Terapia corporal (cráneosacral, masaje, shiatsu, drenaje linfático, reiki…)
- Ejercicio suave y adecuado a tu capacidad y gustos (Tao yin, chi
kung, tai chi, pasear o bailar)
- Alimentación: siguiendo una dieta lo más personalizada posible, que
sea antiinflamatoria y alcalina.
- Seguimiento psicológico (si es necesario)
- Técnicas de relajación o meditación.
Si tienes
alguna sugerencia, duda, inquietud o quieres saber más sobre el tema que hemos
tratado aquí o sobre otros temas que sean de tu interés, por favor, no dudes en
contárnosla y te ayudaremos con muchísimo gusto.
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