La terapia cráneosacral es una técnica manual muy sutil, muy
suave, pero de gran profundidad y efectividad.
El objetivo es localizar los desequilibrios del sistema
cráneosacral en todo el cuerpo y ayudar a llevarlos de nuevo a la normalidad.
Esto se logra trabajando sutilmente sobre los tejidos
conectivos que envuelven nuestros órganos y que conectan todas las partes del
cuerpo, es decir, sobre las fascias,
sobre las membranas durales que recubren el cráneo, el encéfalo y todo el
sistema nervioso.
Las fascias
Las fascias son el tejido corporal más extenso, actúan como capas protectoras de todos los órganos, para que lo entendamos,como una media que envuelve cada uno de los órganos, músculos, nervios… de nuestro cuerpo, y todas las fascias están conectadas de la cabeza a los pies.
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El terapeuta cráneosacral realiza una escucha y localiza la
restricción primaria y después emplea su tacto únicamente para apoyar los mecanismos
de autocuración del propio cuerpo y estimular la acción.
Así se trabaja la causa donde se halla la restricción o la
lesión, aunque esté lejos anatómicamente del síntoma, y después ya se puede
trabajar con el síntoma.
La
habilidad del terapeuta con los niños
El terapeuta desarrolla la habilidad de sentir el estado del
tejido fascial, es capaz de localizar sus restricciones y se ayuda del ritmo
cráneosacral para la evaluación y el tratamiento.
Cada sesión se va construyendo sobre la anterior, hasta
llegar, a través de la relajación de las estructuras lesionadas o contraídas, a
capas físicas más profundas.
Los efectos y los beneficios de la terapia cráneosacral
llegan tanto a nivel físico como emocional y psicológico.
En bebés y niños el trabajo del terapeuta es especialmente
sutil y delicado. Para llevar a cabo la terapia de una forma totalmente
satisfactoria, se tiene en cuenta no sólo al niño sino también a su familia y
al entorno social en el que haya nacido y desarrollado.
El
niño en la etapa escolar
Hoy nos vamos a centrar en el niño en la etapa escolar, a
partir de los tres/cuatro años, la etapa del aprendizaje o de la
lecto-escritura.
Cuando el niño comienza la etapa
escolar, en muchos casos, empiezan a manifestarse una serie de dificultades específicas
de este momento, algunos trastornos específicos del aprendizaje.
Hablamos, por ejemplo, de la lateralidad cruzada, el déficit
de atención con y sin hiperactividad (TDAH), la dislexia, disgrafía,
discálculo, trastornos del lenguaje o de la pronunciación, etc. Todos ellos
constituyen una serie de factores que dificultan y ralentizan el aprendizaje del
niño.
A veces se trata también de trastornos de conducta que
afloran cuando empiezan las relaciones sociales con otros niños, baja
autoestima, depresión infantil, dificultad en el sueño, ansiedad, autismo, etc.
En la mayoría de los casos, no siempre, son los educadores
los que suelen darse cuenta de que el niño tiene alguna dificultad para llevar
a cabo correctamente el aprendizaje y ponen en alerta a los padres.
Otras veces, son los padres los que notan esas dificultades
en el correcto desempeño de las tareas diarias de sus hijos.
Trabajo
conjunto
Sea cual sea la forma de descubrirlo, es en este momento
cuando comienza el trabajo conjunto de padres, profesores, niños y terapeutas.
Otras veces la problemática es más de índole física, como la
dentición, la vista (estrabismo, ojo vago, etc.) o el oído, asimetrías
posturales, asimetrías pélvicas o escoliosis, entre otras.
Todas estas problemáticas infantiles, trastornos o disfunciones
que acabamos de citar se mejoran o corrigen con la terapia cráneosacral. Se
trata de un tipo de terapia completamente compatible con la de otros
profesionales como psicólogos, logopedas, pedagogos o profesionales sanitarios.
La
respuesta positiva de los niños
Es una técnica muy recomendable y adecuada
para el tratamiento de niños y niñas desde el nacimiento, debido a la suavidad
de sus manipulaciones y a sus características de estimulación de los propios
recursos de salud del organismo.
Una técnica ante la que los niños responden y
reaccionan especialmente de forma positiva y que resulta altamente eficaz en el
tratamiento de los siguientes casos:
- Niños nacidos con parto difícil o mediante
cesárea.
- Niños con inquietud y/o llanto nocturno.
- Problemas de vista y oído.
- Pérdida del apetito.
- Problemas de dentición.
- Estreñimiento y/o problemas gástricos.
- Falta de concentración y/o hiperactividad.
- Dificultades posturales.
- Escoliosis, cifosis.
- Problemas en el desarrollo.
En el siguiente
post profundizaremos sobre los efectos y beneficios de la terapia cráneosacral
en los recién nacidos y bebés.
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