Cada persona tiene determinadas metas específicas, sin
embargo a veces ocurre que algo nos bloquea o nos preocupa, o sentimos que hay
un aspecto de nuestra personalidad que quisiéramos cambiar para poder alcanzar
esas metas. Un obstáculo intrapersonal que nos está causando algún tipo de daño
físico o emocional pero que no somos capaces o, más bien, sentimos o creemos que
no somos capaces de dar el paso para poder solucionarlo. Estamos bloqueados para,
o bien pedir ayuda o bien resolverlo por nosotros mismos. Esto es lo que en
terapia llamamos RESISTENCIAS.
Qué son, de dónde vienen y qué hacen estas resistencias
Una resistencia es aquello que nos impide continuar
avanzando, que no nos permite desbloquear o solucionar una situación que nos preocupa
o que, incluso, nos daña. Aquí surgen varias preguntas: ¿De dónde vienen estas
resistencias? ¿Cómo se han formado en nosotros? ¿Por qué tienen tanta fuerza? ¿Qué
hacen? ¿Para qué nos sirven?
Vamos a ir desvelando de la forma más clara posible las
respuestas a estas cuestiones. Las resistencias pueden venir de distintos
ámbitos, en muchos casos puede ser que haya un mandato fuerte familiar y
nosotros, de alguna manera y siempre de forma inconsciente, vamos a atender a
ese mandato para ser fieles a lo que ha ocurrido durante muchas generaciones en
nuestra familia.
La resistencia siempre está en un nivel inconsciente,
precisamente por eso nos cuesta tanto hacerla consciente y superarla. También puede
haberse producido en los primeros años de nuestra vida, en los que se graba un
mensaje que en ese momento nos sirve como recurso ante una situación.
Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor, si vivimos una experiencia
que para nosotros es emocionalmente traumática, como podría ser el hecho de
sufrir un ataque en la infancia, nuestro cuerpo se pone a la defensiva porque esa
es la forma que tiene un niño pequeño para superar en ese momento lo que le
está ocurriendo, defenderse.
Así, cuando somos muy pequeños, este tipo de conductas normalmente
quedan grabadas en nuestro cerebro como conductas de supervivencia y pasan al
inconsciente. Serán patrones de conducta que seguiremos repitiendo durante toda
la vida ante una situación que nosotros valoremos como peligrosa o de ataque, e
inmediatamente nos pondremos en guardia, reaccionaremos a la defensiva.
Pero el niño crece y llegará un momento en la vida en que esta
actitud, seguramente, no nos sirva e incluso nos perjudique y entonces ya no sabremos
qué hacer con ello, cómo solucionarlo. Y ¿por qué seguimos manteniendo esa
actitud y además nos cuesta tanto cambiarla? Pues precisamente porque nos ha
servido como protección durante mucho tiempo, porque nos hace ser como somos,
porque nuestro inconsciente asocia esta conducta a sobrevivir y esto es un
mandato fuerte para nosotros.
La resistencia no debe eliminarse
sino integrarse
Hay algo muy importante que debemos
hacer con estas resistencias y es no castigarnos o culparnos por no poder
seguir avanzando en nuestro desarrollo, no negarlas sino aprender a respetarlas,
a convivir con ellas y a amarlas porque nos han servido y acompañado durante
gran parte de nuestra existencia.
La resistencia es parte de la identidad del sujeto y, como
tal, este debe aprender a integrarla, a convivir con ella. Cuando por fin llega
el momento en que necesitamos hacer un cambio, necesitamos hacerla consciente,
lo que debemos hacer es, sencillamente, amar a esa resistencia y despedirnos de
ella con amor y agradecimiento por todo lo que hizo por nosotros, nunca luchar
contra ella por el hecho de que no nos sintamos capaces de avanzar.
Incluso a veces necesitamos quedarnos con un poquito de ese
patrón de conducta para que, de alguna manera, nos siga ayudando y siga
formando parte de lo que somos. Bien es cierto que debemos hacerlo de tal forma
que no nos cause daño, preocupación o bloqueo una vez que la hemos hecho
consciente.
Como terapeutas, también nosotros respetamos y amamos las
resistencias de nuestros clientes porque solamente desde el trabajo conjunto
con ellas podemos ayudar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario